Día 21 - La Buena Batalla de la Fe

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DOMINGO - 10:00AM & 1:00PM Worship Service | Miércoles - 7:00PM Servicio de Alabanza

by: JULIO GARDUNO

02/21/2024

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Que el Sr les bendiga. Este es el Pastor Garduno y hoy es el Día 21, el último día de nuestro Ayuno de Daniel. Quiero animarlos a mantenerse fieles buscando el rostro del Sr en todo tiempo; examinando siempre nuestros corazones a la luz del corazón de nuestro Dios y de su palabra.

HOY meditaremos en:

La Buena Batalla de la Fe

“Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. 12 PELEA LA BUENA BATALLA DE LA FE, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.” (1ª Timoteo 6:11-12).

Es curioso la forma que el apóstol Pablo le llama a nuestra lucha o pelea: “LA BUENA BATALLA”. Toda guerra en el mundo es más o menos mala. A pesar de que una guerra tenga una causa justa de existir, las consecuencias siempre serán desgarradoras. Los daños colaterales serán pesares en el alma que siempre quedarán registrados en la historia. Los desafíos de reconstrucción siempre serán más costosos que la destrucción.

Deseo que todo aquel que quiere ver al Señor y busca la santidad, se dé cuenta de la terrible lucha a la que se ha de enfrentar. Es una contienda que, aunque es espiritual, implica una severidad. Requiere de valor, bravura y perseverancia.

Razones por las cuales la batalla de la fe es buena

1. Es buena por cuando peleamos lo hacemos bajo las órdenes del mejor capitán.

El líder y comande de todos los creyentes es nuestro amante Salvador: JESUCRISTO. Nuestro capitán de jamás puede fracasar al dirigir a sus soldados a la victoria. Sus movimientos tácticos nunca son sin fundamento; nunca se equivoca en sus decisiones, nunca comete errores. Su mirada esta sobre todos sus seguidores; el mas humilde soldado de Su ejército no es olvidado; los más débiles y enfermos reciben cuidados. Las almas que Él ha comprado y ha redimido con su propia sangre son demasiado hermosas para que lleguen a perderse.

2. Es buena porque se lucha disfrutando de la mejor ayuda. De por sí el creyente es débil, más sin embargo el Espíritu Santo mora en él. Elegido por Dios el Padre, lavado por la sangre del Hijo, y regenerado por el Espíritu, el creyente no se alista en la guerra por cuenta propia ni lucha solo. El Espíritu Santo le enseña, le guía y lo conduce diariamente dirigiendo hacia adelante.

3. Es buena por cuanto se lucha bajo promesas inmejorables. Al creyente le son dadas hermosas y grandes promesas, y todas están son “Si” y “Amén” en el Amado; todas estas promesas se cumplirán, esto es un hecho.

4. Es buena porque no registra víctimas. Es en verdad una lucha dura en la que se desarrollan tremendas contiendas, conflictos agonizantes, heridas, desvelos y cansancios. Pero, aun así, cada creyente, sin excepción. “es mas que vencedor por medio de aquel que nos amó” (Romanos 8:37).

5. Es buena por cuanto hace bien al alma del que la lucha. Todas las demás guerras despiertan una tendencia hacia lo mas bajo y a lo mas inmoral, desatan las mas bajas pasiones del hombre y endurecen la consciencia a la par que minan los fundamentos de la religión y la moral. Pero en la batalla cristiana sucede todo lo contrario: desarrolla y saca a lucir lo mejor que todavía queda en el hombre. Promueve la humanidad y la caridad; reduce el egoísmo y la mundanalidad; e induce a los hombres a poner sus ojos en las cosas de arriba. Ni los ancianos, ni los enfermos, ni los moribundos, se arrepiente de haber luchado la batalla de Cristo contra el pecado, el mundo y el diablo.

6. Es buena por cuanto hace bien al mundo. Los efectos de todas las demás guerras son devastadoras. Pero los efectos de la marcha de los soldados cristianos son completamente distintos. Donde quiera que estos soldados se encuentren son motivo de bendición; hacen elevar el nivel espiritual de la gente y la moralidad de las masas. Aún sus enemigos se ven obligados a respetarlos.

7. Es buena por cuanto termina con una gloriosa recompensa para todos los que la han luchado. ¿Quién podrá evaluar la recompensa que Cristo concederá a su pueblo fiel? ¿Quién podrá tener una idea adecuada de las buenas cosas que el Divino Capitán ha preparado para aquellos que le confiesan delante de los hombres? La gratitud de un país hacia sus valerosos soldados puede traducirse en medallas, pensiones, honores y reconocimientos; pero no puede otorgar nada que dure por siempre y que pueda llevarse más allá de la sepultura. La recompensa de nuestro Capitán perdurará por siempre y testificará de cuanto fue Jesucristo nuestro Señor en esta vida. Mejor, mucho mejor, es la posición de aquel que lucha bajo la bandera de Cristo en contra del pecado, el mundo y el diablo.

Familia de la fe: Mantengámonos luchando “La BUENA Batalla de la Fe”. Que el Señor les bendiga.

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Que el Sr les bendiga. Este es el Pastor Garduno y hoy es el Día 21, el último día de nuestro Ayuno de Daniel. Quiero animarlos a mantenerse fieles buscando el rostro del Sr en todo tiempo; examinando siempre nuestros corazones a la luz del corazón de nuestro Dios y de su palabra.

HOY meditaremos en:

La Buena Batalla de la Fe

“Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. 12 PELEA LA BUENA BATALLA DE LA FE, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.” (1ª Timoteo 6:11-12).

Es curioso la forma que el apóstol Pablo le llama a nuestra lucha o pelea: “LA BUENA BATALLA”. Toda guerra en el mundo es más o menos mala. A pesar de que una guerra tenga una causa justa de existir, las consecuencias siempre serán desgarradoras. Los daños colaterales serán pesares en el alma que siempre quedarán registrados en la historia. Los desafíos de reconstrucción siempre serán más costosos que la destrucción.

Deseo que todo aquel que quiere ver al Señor y busca la santidad, se dé cuenta de la terrible lucha a la que se ha de enfrentar. Es una contienda que, aunque es espiritual, implica una severidad. Requiere de valor, bravura y perseverancia.

Razones por las cuales la batalla de la fe es buena

1. Es buena por cuando peleamos lo hacemos bajo las órdenes del mejor capitán.

El líder y comande de todos los creyentes es nuestro amante Salvador: JESUCRISTO. Nuestro capitán de jamás puede fracasar al dirigir a sus soldados a la victoria. Sus movimientos tácticos nunca son sin fundamento; nunca se equivoca en sus decisiones, nunca comete errores. Su mirada esta sobre todos sus seguidores; el mas humilde soldado de Su ejército no es olvidado; los más débiles y enfermos reciben cuidados. Las almas que Él ha comprado y ha redimido con su propia sangre son demasiado hermosas para que lleguen a perderse.

2. Es buena porque se lucha disfrutando de la mejor ayuda. De por sí el creyente es débil, más sin embargo el Espíritu Santo mora en él. Elegido por Dios el Padre, lavado por la sangre del Hijo, y regenerado por el Espíritu, el creyente no se alista en la guerra por cuenta propia ni lucha solo. El Espíritu Santo le enseña, le guía y lo conduce diariamente dirigiendo hacia adelante.

3. Es buena por cuanto se lucha bajo promesas inmejorables. Al creyente le son dadas hermosas y grandes promesas, y todas están son “Si” y “Amén” en el Amado; todas estas promesas se cumplirán, esto es un hecho.

4. Es buena porque no registra víctimas. Es en verdad una lucha dura en la que se desarrollan tremendas contiendas, conflictos agonizantes, heridas, desvelos y cansancios. Pero, aun así, cada creyente, sin excepción. “es mas que vencedor por medio de aquel que nos amó” (Romanos 8:37).

5. Es buena por cuanto hace bien al alma del que la lucha. Todas las demás guerras despiertan una tendencia hacia lo mas bajo y a lo mas inmoral, desatan las mas bajas pasiones del hombre y endurecen la consciencia a la par que minan los fundamentos de la religión y la moral. Pero en la batalla cristiana sucede todo lo contrario: desarrolla y saca a lucir lo mejor que todavía queda en el hombre. Promueve la humanidad y la caridad; reduce el egoísmo y la mundanalidad; e induce a los hombres a poner sus ojos en las cosas de arriba. Ni los ancianos, ni los enfermos, ni los moribundos, se arrepiente de haber luchado la batalla de Cristo contra el pecado, el mundo y el diablo.

6. Es buena por cuanto hace bien al mundo. Los efectos de todas las demás guerras son devastadoras. Pero los efectos de la marcha de los soldados cristianos son completamente distintos. Donde quiera que estos soldados se encuentren son motivo de bendición; hacen elevar el nivel espiritual de la gente y la moralidad de las masas. Aún sus enemigos se ven obligados a respetarlos.

7. Es buena por cuanto termina con una gloriosa recompensa para todos los que la han luchado. ¿Quién podrá evaluar la recompensa que Cristo concederá a su pueblo fiel? ¿Quién podrá tener una idea adecuada de las buenas cosas que el Divino Capitán ha preparado para aquellos que le confiesan delante de los hombres? La gratitud de un país hacia sus valerosos soldados puede traducirse en medallas, pensiones, honores y reconocimientos; pero no puede otorgar nada que dure por siempre y que pueda llevarse más allá de la sepultura. La recompensa de nuestro Capitán perdurará por siempre y testificará de cuanto fue Jesucristo nuestro Señor en esta vida. Mejor, mucho mejor, es la posición de aquel que lucha bajo la bandera de Cristo en contra del pecado, el mundo y el diablo.

Familia de la fe: Mantengámonos luchando “La BUENA Batalla de la Fe”. Que el Señor les bendiga.

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2 Comments on this post:

Ana Eden.

Nuestro Dios es nuestro señor ? y capitán del barco donde vamos sus soldados para ganar la bataya que el tiene preparada para el cristiano y nosotros sabemos si somos unos verdaderos cristianos para nuestro Dios.
De todas las pecados que nos asedian del enemigo.

Bendiciones hermanos! Ánimo